Los vigilantes de la playa.

Anda que no hacía tiempo que no le daba al botón de nuevo topic...
pues buceando por mi ordenador he encontrado el primer capítulo sin terminar que empecé a escribir hace ya más de un año...
Aqui lo pongo para ver si tiene aceptación y sigo escribiendo:

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Los Vigilantes de la Playa. Capítulo 1 (Inconcluso)

Siempre le había gustado el olor del café por la mañana. El teniente Mitch 'Jcdenton' Buchannan miraba la playa de Santa Mónica desde su amplio ventanal de observación. La taza humeaba en la mesa. Era el mejor momento del día. La playa estaba vacía y aún no habían empezado a llegar los bañistas. Todo estaba en calma. Era, sin duda, el mejor momento del día. Pero nada es para siempre. El teléfono empieza a sonar con una melodía que le recuerda mucho a una canción de los Carpenters, esos incomprendidos de la música.
--Teniente Buchannan.
--Hola Jcdenton, soy Matilda, tu querida ex.
--Vaya --dice jcdenton pensando en lo peor.
--Yo también me alegro de verte cariño. Llamaba para decirte que no voy a poder quedarme con Rafita. Tengo un asunto muy urgente que no puedo cancelar. En 30 minutos estaré allí para dejártelo.
--En fin, es mi destino --Jcdenton cambia de postura en la silla. Se le está durmiendo el muslo derecho, y probablemente algo más--. Trataré de cuidar a nuestro querido vástago lo mejor posible mientras tu vas a la peluquería.
--No te preocupes por eso, ya se buscará la vida el sólo --dice Gale 'Matilda' con cierta indiferencia--. Por cierto, tienes muy buenas dotes de adivinación. Adiós.
Matilda termina bruscamente cortando la comunicación. Jcdenton cuelga el teléfono y vuelve a mirar a través del ventanal. Las gaviotas, el mar, la arena brillando bajo el sol. Pero ya no era el mejor momento del día.

Cort 'Ozzy' siempre había sido un rebelde. Su falta de respeto a las normas establecidas y a las directrices del teniente eran ya legendarias. Pero, al igual que todos, se volvía un manso corderillo cuando llegaban sus compañeras al vestuario. La llegada de las vigilantas al centro al comienzo de su turno era como el comienzo de una gran fiesta. Parecía que el tiempo se detenía y todo se volvía a camara lenta.
El vestuario de los vigilantes masculinos hervía de exitación. Había rumores de que una nueva vigilante se había unido al grupo.

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Otras obras del autor en la editorial ciudadelas:
- La historia del río.
Capítulos 1 al 3: [ciudadelas.frenopatico.net]
Capítulos 4: [ciudadelas.frenopatico.net]

- La historia del Cowboy: [ciudadelas.frenopatico.net]

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Muerte lenta a Dan Brown.